Conocerse mejor. Alcanzar la maestría en el arte de vivir

Los seres humanos seguimos siendo esclavos de una sutil paradoja: hemos sido capaces de conquistar la Luna, pero no a nosotros mismos. Estamos tan obsesionados por lo que sucede afuera que no queremos ver lo que nos pasa adentro. Afortunadamente, el egoísmo, la negatividad, el vacío existencial, la angustia, la tristeza y, en definitiva, el sufrimiento que estamos cosechando como humanidad, son claros indicadores de que nos estamos equivocando al priorizar el desarrollo externo antes que apostar por el interno. Mientras nuestro corazón y nuestra mente sigan en guerra, seguiremos creando caos y conflicto a nuestro alrededor.





En este contexto se está produciendo el denominado "despertar de la consciencia". Revelación que suele vivirse como un clic en nuestra mente. Y consiste en reconocer que nuestra vida interior puede ser mucho mejor: que nosotros mismos podemos cambiar, crecer y evolucionar para ser más felices de lo que somos ahora. Lo queramos o no ver, ha comenzado una nueva era con una nueva filosofía: la responsabilidad personal. Dentro de poco no valdrá engañarnos a nosotros mismos, amparándonos en el círculo vicioso del victimismo. Más que nada porque no funciona.





Lo que sí da resultado es hacer lo que probablemente menos nos apetece: enfrentarnos a nuestros miedos e inseguridades para empezar a tomar las riendas de nuestra vida. Loque está en juego es aprender a llevar una existencia feliz y con sentido. Todo se reduce a comprometernos con nuestro proceso de entrenamiento emocional.





"Solemos creer que seremos felices cuando las cosas nos vayan bien,
pero las cosas nos empiezan a ir bien cuando aprendemos a ser felices"
(Irene Orce)


El coaching es un proceso de acompañamiento profesional que promueve nuestro autoconocimiento y desarrollo personal. Y parte de la premisa de que todos los seres humanos somos mucho más de lo que creemos ser: todos albergamos en nuestro interior una serie de cualidades, habilidades y competencias que podemos entrenar para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. De aquí que el coach -que en ingés significa "entrenador personal"- haga de puente entre la persona que somos y la que podemos llegar a ser.



"Por mucho que te explique a que sabe lamermelada de higo,
no lo sabrás hasta que la pruebes por ti mismo"
(Javier Marigorta)


Para ser coach no basta con adquirir conocimiento: es necesario encarnar lo que se sabe. Si no hay coherencia entre la teoría y la práctica es que todavía no se comprende la información que se conoce. Por tanto, lo que se ha logrado con uno mismo, es decir, lo que se manifiesta en la propia vida, es lo único que se puede ofrecer y transmitir a los demás.



"Verdad es todo pensamiento que deja paz y armonía en nuestra mente
y todo acto que que deja paz y armonía en nuestro corazón"
(Gerardo Schmedling)


Existen tres indicadores internos de desarrollo personal: el primero consiste en verificar si somos felices, es decir, si nos sentimos a gusto con nosotros mismos estemos donde estemos y en compañía de quien sea. En segundo lugar, si experimentamos paz en nuestro interior, que nos permite dejar de reaccionar impulsiva y negativamente frente a la adversidad. Y en tercer lugar, si verdaderamente gozamos de este equilibrio interno, mantendremos en todo momento la humildad necesaria para servir a las personas que nos rodean.


A partir de estas tres virtudes internas, existen otros cuatro indicadores externos: un óptimo estado de nuestra salud física, la armonía de nuestras relaciones personales y profesionales; disfrutar de recursos económicos suficientes para poder vvir dignamente y la flexibilidad necesaria para adaptarnos y fluir en el lugar donde vivimos.

Porque lo que no mata, entretiene

Se aplasta lo que no rima, se esconde lo que no encaja, se engaña en los mejores versos y la política exterior reúne a lo mejorcito de cada casa. La guera no es una guerra, los impuestos son adecuados, la gripe asusta y/o distrae (según convenga) y cada mentida es acertada. Berlusconi tiene una capa en la que cabe cualquiera, y en periodo de recolección todos los días son feria, se van organizando las labores según lo que ahora se lleva, se reparten los ríos, y se pagan favores, se arrima el botín a Ferrari, se malvende el Renault, se cambia al piloto, se apuesta distinto y se juega a otra cosa y lo que no mata ya ni engorda, pero entretiene.

Exigimos una nobleza que supera nuestras capacidades, nos quejamos de no entender del todo lo que nos dicen sin caer en la cuenta de que tal vez tampoco lo hemos pensado lo suficiente. O tal vez no merezcamos tanto, ni tan largas explicaciones.

Nos sentimos constantemente engañados y acumulamos motivos. No hay ya nadie que no comande una justicia. (Eso sí, siempre se trata de una justicia propia e intransferible). Decimos que los niños salvajes no heredaron nuestros valores sin recordar siquiera qué valores eran esos, ni cuánto o qué exactamente hemos hecho por ellos. Decimos que los niños locos no son nuestros y nos 1quedamos tan anchos. Pero lo cierto es que no hay más padres que nosotros. Nos estamos haciendo un traje a medida y nos quejamos de nuestras propias hechuras. Lo que no nos tira de sisa nos sobra de manga y nadie tiene culpa de nada. Somos un universo inocente, todo son castigos injustos, desgracias impuestas, y lo que no es la buena suerte es la suerte que no merecemos. No es de extrañar que se pongan escuchas y se escondan espías aquí y allá, sería formidable saber por fin cómo tanta buena fe ha confeccionado este delicado desastre.




Sin mácula en la gestión de lo propio, es evidente que toda la culpa es del contrario, acabemos con ellos entonces. Si el sistema es perfecto y nuestra pericia irreprochable, saquemos del sistema a gorrazos a los ineptos, a los crueles, a los niños inconscientes. Sacralicemos una vez más nuestra labor y condenemos una vez más el torpe trabajo del enemigo. No hay necesidad de consenso cuando sólo una parte se equivoca. No hay nada que aprender porque ya lo sabemos todo. No hacen falta 59 segundos, sobra con 4 para decir TE EQUIVOCAS.

Olvidado otro verano, ya le vemos el color al triste invierno, las razones absolutas se suceden y nadie ve en un conflicto un territorio. Nadie tiene ganas de cruzar ese larguísimo camino hasta las razones de los demás, todo sigue, como siempre, partido en dos.
Van a nacer mil Españas distintas y mil niños absurdos, dentro y fuera de Pozuelo, mientras nadie se ponga a mirar sin ira y para atrás y hacia delante lo que nos pasa.

Tampoco hay que preocuparse mucho. Zapatero va a seguir moviendo las manos enérgicamente alrededor de nada, una nada local, nacional, extranjera y hasta planetaria, y sus contrarios no van a colaborar en un futuro mejor, sino en la construcción de un pasado inmediato y peor que justifique su presencia.

Por cada fosa levantada habrá otra inmaculada; detrás de cada dignidad recuperada, un valle de los caídos; detrás de cada historia, la historia contraria. Por cada insuto en catalán, otro en perfecto castellano; detrás de cada vaco, un español; por cada TDT, otra forma de libertad rentable e inventada, y al final de cada ardua jornada nos quedaremos embobados mirando a la serpiente que se muerde en soledad la cola, o sea, mirando el vacío.




Y van pasando las horas y van creciendo los niños y aún no tenemos gran cosa que enseñarles.
Y en el fondo da igual, porque todo lo que no mata, aunque ya no engorde, entretiene.


¿Simplemente sexo?

La gente se folla. Da igual dónde y con quién, simplemente follan. Van probando, van pasando de casilla en casilla, intentando complacer sus necesidades. Un día encuentran a una persona que folla mejor que las otras. Y piensan en repetir. Al verse complacidos siguen repitiendo, hasta que ya es demasiado tarde y se enamoran. Se enamoran de la forma de follar. Se hacen a ella. Se amoldan. Los cuerpos, los movimientos, las bocas, las lenguas, las manos, ... incluso la forma de pensar.




Hay gente que dice que para vivir con una persona toda la vida no basta con eso. No basta con follar. Dicen que hay que sentir bichos volar por el estómago, sentir nervios y que salgan chispitas de los ojos. Sólo me pasó una vez, pero duró demasiado tiempo. Quería quitarme las tripas, quería morir de sobredosis de valerianas para calmar los nervios y deseaba que alguien me arrancara los ojos para así no volver a verle más.


Observaba todas las parejas que había a mi alrededor. Estaban putrefactas. Las mariposas no existían, al igual que la pasión. Todo aquello que llaman amor se había desvanecido, se había muerto. Y sin darse cuenta, todas esas parejas seguían unidas por una misma necesidad: follar. Y de alguna forma, volvían a lo que eran cuando tenían diecinueve años. En el fondo, volvían a desear ese sentimiento que surgía al caminar sin ropa interior por la calle, al despertar con alguien diferente cada domingo, al emborracharse de placer. Quieren volver a sentir la libertad en su carne y en su corazón.


Por eso nos gusta el sexo. Y a veces da igual dónde y con quién. Simplemente sexo. Probar, pasar a la siguiente casilla y ver qué te espera. Porque de esta forma te sientes libre.
 

Felicidades, rock

Debemos confesarlo: nadie sabe exactamente cuando se cumplen los 5o años del rock español. Se suele tomar como punto de partida el 9 de septiembre de 1959, cuando Odeón edita el primer disco del Dúo Dinámico. Más nebulosa es la fecha de salida del estreno de otras bandas. Sí se puede afirmar que a finales de 1958 y principios de 1959 ya había conjuntos en activo, sonando en emisoras de radio y en locales estudiantiles.
 
Todos estaban marcados por la explosión del rock and roll. Se desenvolvían en la España franquista, con todas sus carencias. Eran canciones hechas por y para jóvenes.

Tocar "rock and roll" pertenecía a la categoría de las heroicidades. Inicialmente, ni pensar en profesionalizarse; no había instrumentos ni discos ni información. De ahí que muchos de aquellos loquitos pertenecieran a sectores acomodados, con posibilidad de viajar, incluyendo a hijos de militares, diplomáticos y empresarios. Sus apellidos no les garantizaban comprensión: Los Estudiantes fueron contratados en Palma de Mallorca, donde unj indignado comisario amenazó con encarcelarlos si insistían en sus ritmos frenéticos.

Pero el viento hinchaba las velas de aquel incipiente movimiento. Con las fuerzas vivas en contra, no debe extrañar que algunos grupos españoles emigraran.
Sin embargo, a finales de 1964 se alcanzaba la masa crítica. Impulsados por el cegador ejemplo de The Beatles, los conjuntos nacionales adquirían velocidad de crucero.

Con semejante ímpetu, asombra que el movimiento de los conjuntos desapareciera y/o se vulgarizara a finales de los sesenta. Se había alcanzado el tope de lo posible: el rock español no pudo adaptarse al ritmo marcado desde el exterior, con la psicodelia y la contracultura. Con los sutos de 1968 todavía frescos en el recuerdo, las autoridades pusieron freno: hubo temporadas en las que se prohibió que aparecieran músicos pelilargos en TVE. El almirante Carrero Blanco sospechaba que constituían una amenza para la virilidad de la raza.

Además, las grandes discográficas no simpatizaban con los guitarreros. Obviamente, se negaron a que desarrollaran sus ideas más underground tras la revolución estética de 1967. Habían sido brevemente desbordadas por la demanda juvenil, pero volvieron a instarurar el modelo piramidal de negocio, al descubir otros filones, como los grupos livianos. Sobre todo, potenciaron a los baladistas.
 Cabe imaginar que el eclipse también fue responsabilidad de los propios músicos, que exhibían lagunas ideológicas y literarias. A diferencia de las luminarias del rock argentino, no establecieron una estética propia o una conexión profunda con su público potencial. Dejaron a los cantautores el cuidado de las letras y la definición del momento, renunciando a profundizar en su impacto emocional y social.

Esa falta de conciencia colectiva sería una de las características del rock español. Se manifiesta en el desconocimiento del legado histórico e, incluso, en cierta voluntad suicida. Cada edad de oro parece ser seguida por una etapa de ensimismamiento estéril. De la misma manera que el movimiento progresivo renegó de los conjuntos, el esplendor de la movida desembocó en el negacionismo indie de los noventa: una vez que se cuenta con un público masivo, parece necesario espantarlo con actitudes arrogantes, letras en inglés y seguidismo de oscuras tendencias anglosajonas.

Un aviso: conviene no confundir el todo con sus manifestaciones más visibles. El rock español es bestia de muchas cabezas, que frecuentemente suelen pasar inadvertidas. En la segunda mitad de los setenta, florecieron movimientos regionales como el rock layetano o el rock andaluz, ambos obedientes a la voluntad de hacer rock con raíces. Pero esa misma época vio el bronco despegue del llamado rock urbano.

Existen poderosos movimientos musicales que rara vez han salido de la clandestinidad: el heavy metal es el paradigma. Comprensiblemente, sus practicantes se quejan del ninguneo mediático y enarbolan la bandera de "el rock es cultura". Algunos cruzan la línea y piden ayudas públicas, aunque ahí entramos en terreno pantanoso: el rock català, altamente subvencionado, no se quita el estigma de música para consumo interno.

Con esa y alguna otra excepción, el rock español sobrevive sin apoyos institucionales. No tiene historia oficial ni museos; apenas hay placas que recuerdan a sus gigantes. Se desarrolla fuera de los focos. Con la excepción de La 2, el rock está vetado en las televisiones nacionales.

¿Les suena fuerte lo de veto? Pensemos en la paradoja de Pilar Rubio. La reportera de Sé lo que hicisteis puede ser la cara más vendedora de la pequeña pantalla, pero allí jamás verán, por méritos propios, a su novio, José Molly, vocalista de Hamlet, robusto grupo con casi 2o años de antigüedad. De alguna manera, el movimiento del rock español ha vuelto a 1959: creación contracorriente, testimonio de modernidad, rebelión secreta.

TÁCTICAS DE SUPERVIVENCIA

Se han reinventado. La Christina de 1988 no es la misma mujer. La artista maduró hacia un rock construido con mimo y mundo interior.
Julián Hernández (fundador del grupo Siniestro Total ) y Teddy Bautista (líder de Los Canarios), ahora, en la presidencia de la SGAE, se ha granjeado fuertes críticas. "Ya sé que se me tacha de ogro", dice, "pero alguien tiene que defender todo esto".










LA BELLA Y LA BESTIA






 Barón Rojo. Historia viva del rock más duro de España.






Amaral. Grupo que ha despacha más de dos millones de copias de us cinco discos.







TRÍO DE ASES




Miguel Ríos. Se embarcó en una de las giras más exitosas de la historia del rock español: Rock & Ríos (1982).









Quique González es un poeta rockero. Introvertido, luchador y niño díscolo con las discográficas.






Burning es más que una palabra. El grupo lleva más de 3o años de carrera; incombustibles. Dicen que su música es para perdedores, solitarios y amantes del olvido.
EN LA CUEVA




Los Salvajes, fundada en 1962 y a los que llamaron los Rolling Stone españoles.






Krakovia y su provocativo rock.











Rosendo Mercado. Fundador de la mítica banda Leño y autor de algunas de las letras más personales de la escena española.


DIRECTOS AL CORAZÓN





Los Secretos han contado hermosísimas historias.
Manolo García ha seguido cosechando grandes éxitos en solitario.














LUCES DE CIUDAD






Luz Casal; que comenzó con la chaqueta de cuero y ahora prefiera la suavidad del bolero.




Pereza adoran a The Beatles. Se unieron en 1999 para hacer versiones de Leño, segun afirman. El resultado ha sido un grupo de rock muy personal.


PRINCIPIO Y FINAL EN ROJO










Ariel Rot y Alejo Stivel, fundadores del grupo Tequila, una de las bandas más divertidas del panorama español.












Lourdes Hernández, Russian Red, se ha metido en el bolsillo a miles de fans en poco tiempo, a base de frágiles canciones de letras cuidadas en inglés.



LOS INSURRECTOS




Los Planetas. Veneran a Los Veneno, grupo indie español por excelencia.




LA ESCUELA BARCELONESA




Los Sirex pueden presumier de ser uno de los pocos grupos que han cumplido 5o años con los mismos integrantes.






Loquillo adquirió fama con el grupo Los Trogloditas. Loquillo fue considerado demasiado rockero para gustarle a los punkis y demasiado punk para gustarle a los rockeros.





Sidonie, aseguran que esta será su primera incursión en las canciones de amor.





HABITANTES DEL MUNDO EXTRAÑO



Lidia Damunt. Aun está, en cierto modo, por descubrir. Sin embargo, sus dos primeros discos han servido para alimentrar un malditismo que perfecciona en sus actuaciones en diercto.






Pau Riba asumió su carácter misántropo y desde la mñusica y ls letras ha demostrado al público que no siempre lo comercial es lo mejor y que destrozar un cuadro de Barceló puede ser también una obra de arte.





Albert Pla ha explotado su faceta más loca. Una de las actitudes más rockeras consiste en no tomarse a uno mismo demasiado en serio. Así parece entender la música este rockero.




NOTA

La música rock ha sido desde sus inicios una especie de campo de batalla donde la pasión y la calidad han pugnado por no quedar sepultadas bajo un mercado dirigido al gran público. Felicitemos a la música rock de este país por cumplir 5o años, alegrémonos de que haya sobrevivido a los desastres de las exigencias del mercado y que bajo toda esa capa de rock stars de los 4o principales haya todo un mundo siempre herido por falta de apoyo, pero que, aun así, se mantiene en constante ebullición y renovación. Felicidades, músicos y público, aunque la tarta se la coman otros.

Sobre apegos y jóvenes

Estas semanas he leído varios artículos sobre apego, amor, madres adolescentes, bebés y jóvenes agresivos. Pues bien, esos jóvenes carentes, es cierto, de todo tipo de valores han nacido y han vivido la infancia más hostil en muchos milenios. Desde que somos bípedos, el Homo sapiens nace "prematuro" en comparación con otros animales. Esto provoca que durante meses necesitemos perentoriamente estar lo más cerca posible del pecho de nuestras madres y que acudan cuando lo requiramos. Situación que ayuda a que en los circuitos neuronales se haga el recorrico "correcto" y estemos apegados y emocionalmente sanos para ser adultos tranquilos y desapegados en el futuro.

Pues bien, esos "jóvenes" han sido criados con biberón, no cogidos, y dejados solos cuando lloran, porque tenían que "aprender" a dormir, cuidados en guarderías desde los tres meses, sentados horas y horas en tronas sin contacto físico... Eso sí, esos agujeros irreversibles han sido correctamente parcheados con mucha televisión y compras, muchas compras. ¿Esperan cambiar así la sociedad?

Se percibe con frecuencia una tendencia a culpabilizar al "contexto", a la "sociedad" y hasta a la "cultura" de tales acciones. Pero ¿dónde están los padres para orientar, enseñar y formar a su hijo para que sea capaz de distinguir entre diversas acciones y ser consciente de las consecuencias? Se ha pasado de la represión al otro extremo: satisfacer cualquier capricho e ignorar cualquier límite. Los niños y jóvenes deben ser capaces de formar y afianzar valores, "medir" sus acciones, pensar en las posibles consecuencias y ser capaces de reconocer sus errores. Es una cuestión de educación. Y la educación empieza por casa. Hagamos algo al respecto.