Felicidades, rock

Debemos confesarlo: nadie sabe exactamente cuando se cumplen los 5o años del rock español. Se suele tomar como punto de partida el 9 de septiembre de 1959, cuando Odeón edita el primer disco del Dúo Dinámico. Más nebulosa es la fecha de salida del estreno de otras bandas. Sí se puede afirmar que a finales de 1958 y principios de 1959 ya había conjuntos en activo, sonando en emisoras de radio y en locales estudiantiles.
 
Todos estaban marcados por la explosión del rock and roll. Se desenvolvían en la España franquista, con todas sus carencias. Eran canciones hechas por y para jóvenes.

Tocar "rock and roll" pertenecía a la categoría de las heroicidades. Inicialmente, ni pensar en profesionalizarse; no había instrumentos ni discos ni información. De ahí que muchos de aquellos loquitos pertenecieran a sectores acomodados, con posibilidad de viajar, incluyendo a hijos de militares, diplomáticos y empresarios. Sus apellidos no les garantizaban comprensión: Los Estudiantes fueron contratados en Palma de Mallorca, donde unj indignado comisario amenazó con encarcelarlos si insistían en sus ritmos frenéticos.

Pero el viento hinchaba las velas de aquel incipiente movimiento. Con las fuerzas vivas en contra, no debe extrañar que algunos grupos españoles emigraran.
Sin embargo, a finales de 1964 se alcanzaba la masa crítica. Impulsados por el cegador ejemplo de The Beatles, los conjuntos nacionales adquirían velocidad de crucero.

Con semejante ímpetu, asombra que el movimiento de los conjuntos desapareciera y/o se vulgarizara a finales de los sesenta. Se había alcanzado el tope de lo posible: el rock español no pudo adaptarse al ritmo marcado desde el exterior, con la psicodelia y la contracultura. Con los sutos de 1968 todavía frescos en el recuerdo, las autoridades pusieron freno: hubo temporadas en las que se prohibió que aparecieran músicos pelilargos en TVE. El almirante Carrero Blanco sospechaba que constituían una amenza para la virilidad de la raza.

Además, las grandes discográficas no simpatizaban con los guitarreros. Obviamente, se negaron a que desarrollaran sus ideas más underground tras la revolución estética de 1967. Habían sido brevemente desbordadas por la demanda juvenil, pero volvieron a instarurar el modelo piramidal de negocio, al descubir otros filones, como los grupos livianos. Sobre todo, potenciaron a los baladistas.
 Cabe imaginar que el eclipse también fue responsabilidad de los propios músicos, que exhibían lagunas ideológicas y literarias. A diferencia de las luminarias del rock argentino, no establecieron una estética propia o una conexión profunda con su público potencial. Dejaron a los cantautores el cuidado de las letras y la definición del momento, renunciando a profundizar en su impacto emocional y social.

Esa falta de conciencia colectiva sería una de las características del rock español. Se manifiesta en el desconocimiento del legado histórico e, incluso, en cierta voluntad suicida. Cada edad de oro parece ser seguida por una etapa de ensimismamiento estéril. De la misma manera que el movimiento progresivo renegó de los conjuntos, el esplendor de la movida desembocó en el negacionismo indie de los noventa: una vez que se cuenta con un público masivo, parece necesario espantarlo con actitudes arrogantes, letras en inglés y seguidismo de oscuras tendencias anglosajonas.

Un aviso: conviene no confundir el todo con sus manifestaciones más visibles. El rock español es bestia de muchas cabezas, que frecuentemente suelen pasar inadvertidas. En la segunda mitad de los setenta, florecieron movimientos regionales como el rock layetano o el rock andaluz, ambos obedientes a la voluntad de hacer rock con raíces. Pero esa misma época vio el bronco despegue del llamado rock urbano.

Existen poderosos movimientos musicales que rara vez han salido de la clandestinidad: el heavy metal es el paradigma. Comprensiblemente, sus practicantes se quejan del ninguneo mediático y enarbolan la bandera de "el rock es cultura". Algunos cruzan la línea y piden ayudas públicas, aunque ahí entramos en terreno pantanoso: el rock català, altamente subvencionado, no se quita el estigma de música para consumo interno.

Con esa y alguna otra excepción, el rock español sobrevive sin apoyos institucionales. No tiene historia oficial ni museos; apenas hay placas que recuerdan a sus gigantes. Se desarrolla fuera de los focos. Con la excepción de La 2, el rock está vetado en las televisiones nacionales.

¿Les suena fuerte lo de veto? Pensemos en la paradoja de Pilar Rubio. La reportera de Sé lo que hicisteis puede ser la cara más vendedora de la pequeña pantalla, pero allí jamás verán, por méritos propios, a su novio, José Molly, vocalista de Hamlet, robusto grupo con casi 2o años de antigüedad. De alguna manera, el movimiento del rock español ha vuelto a 1959: creación contracorriente, testimonio de modernidad, rebelión secreta.

TÁCTICAS DE SUPERVIVENCIA

Se han reinventado. La Christina de 1988 no es la misma mujer. La artista maduró hacia un rock construido con mimo y mundo interior.
Julián Hernández (fundador del grupo Siniestro Total ) y Teddy Bautista (líder de Los Canarios), ahora, en la presidencia de la SGAE, se ha granjeado fuertes críticas. "Ya sé que se me tacha de ogro", dice, "pero alguien tiene que defender todo esto".










LA BELLA Y LA BESTIA






 Barón Rojo. Historia viva del rock más duro de España.






Amaral. Grupo que ha despacha más de dos millones de copias de us cinco discos.







TRÍO DE ASES




Miguel Ríos. Se embarcó en una de las giras más exitosas de la historia del rock español: Rock & Ríos (1982).









Quique González es un poeta rockero. Introvertido, luchador y niño díscolo con las discográficas.






Burning es más que una palabra. El grupo lleva más de 3o años de carrera; incombustibles. Dicen que su música es para perdedores, solitarios y amantes del olvido.
EN LA CUEVA




Los Salvajes, fundada en 1962 y a los que llamaron los Rolling Stone españoles.






Krakovia y su provocativo rock.











Rosendo Mercado. Fundador de la mítica banda Leño y autor de algunas de las letras más personales de la escena española.


DIRECTOS AL CORAZÓN





Los Secretos han contado hermosísimas historias.
Manolo García ha seguido cosechando grandes éxitos en solitario.














LUCES DE CIUDAD






Luz Casal; que comenzó con la chaqueta de cuero y ahora prefiera la suavidad del bolero.




Pereza adoran a The Beatles. Se unieron en 1999 para hacer versiones de Leño, segun afirman. El resultado ha sido un grupo de rock muy personal.


PRINCIPIO Y FINAL EN ROJO










Ariel Rot y Alejo Stivel, fundadores del grupo Tequila, una de las bandas más divertidas del panorama español.












Lourdes Hernández, Russian Red, se ha metido en el bolsillo a miles de fans en poco tiempo, a base de frágiles canciones de letras cuidadas en inglés.



LOS INSURRECTOS




Los Planetas. Veneran a Los Veneno, grupo indie español por excelencia.




LA ESCUELA BARCELONESA




Los Sirex pueden presumier de ser uno de los pocos grupos que han cumplido 5o años con los mismos integrantes.






Loquillo adquirió fama con el grupo Los Trogloditas. Loquillo fue considerado demasiado rockero para gustarle a los punkis y demasiado punk para gustarle a los rockeros.





Sidonie, aseguran que esta será su primera incursión en las canciones de amor.





HABITANTES DEL MUNDO EXTRAÑO



Lidia Damunt. Aun está, en cierto modo, por descubrir. Sin embargo, sus dos primeros discos han servido para alimentrar un malditismo que perfecciona en sus actuaciones en diercto.






Pau Riba asumió su carácter misántropo y desde la mñusica y ls letras ha demostrado al público que no siempre lo comercial es lo mejor y que destrozar un cuadro de Barceló puede ser también una obra de arte.





Albert Pla ha explotado su faceta más loca. Una de las actitudes más rockeras consiste en no tomarse a uno mismo demasiado en serio. Así parece entender la música este rockero.




NOTA

La música rock ha sido desde sus inicios una especie de campo de batalla donde la pasión y la calidad han pugnado por no quedar sepultadas bajo un mercado dirigido al gran público. Felicitemos a la música rock de este país por cumplir 5o años, alegrémonos de que haya sobrevivido a los desastres de las exigencias del mercado y que bajo toda esa capa de rock stars de los 4o principales haya todo un mundo siempre herido por falta de apoyo, pero que, aun así, se mantiene en constante ebullición y renovación. Felicidades, músicos y público, aunque la tarta se la coman otros.

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