La alargada sombra de Rusia; la herida chechena

La extensión del terror no tiene nada de estalinismo. De los 74 casos de desapariciones, o más bien de detenciones, ocurridas entre enero y junio que ha calculado Memorial, 57 fueron liberados, aunque la mayoría torturados. Cuatro fueron ejecutados y doce "desaparecieron sin noticias", lo que significa que también fueron asesinados. Dieciséis casos en seis meses. Es una cifra que está lejos de los casos de los primeros años de guerra e incluso del periodo de Alkhanov. ¿Tiene algún sentido hacer este tipo de comparaciones? Kadyrov acusa de forma regular a Memorial de ver solamente el lado negativo de las cosas, de no querer ver el positivo, la reconstrucción y el desarrollo. Para Memorial, tanto en Chechenia como en Rusia, donde el régimen actual es maestro en el arte de callar a una gran mayoría matando de forma selectiva y controlando el acceso a una información real, la reconstrucción y el desarrollo no pueden basarse en los asesinatos, en la tortura y en el terror. Ramzan y su maestro de Moscú saben perfectamente que para mantener el miedo se necesitan solamente unos cuantos casos. En Chechenia, la gente puede odiar a Ramzan en casa y quejarse con los amigos sin correr ningún riesgo. Pero ay de aquellos que se oponen a él en público y se convierten en sus enemigos, o los que tienen la mala suerte de conocer un poco a alguno de sus enemigos.

El año pasado, Natalia Estemirova, una de las principales activistas de Memorial en Grozni, se permitió criticar en la televisión rusa la política del velo de Kadyrov. Declaró que aunque ella se lo ponía por respeto cuando visitaba familias en los pueblos, no lo hacía en los lugares de trabajo, en la Prokuratura o en los ministerios, y que "el Gobierno no tiene que entrometerse en la vida privada de los ciudadanos". Unos días después, Ramzan la llamó diciéndole que le había insultado y amenazado. Le soltó que le excitaba el pelo sin cubrir y que si lo que pretendía era excitarle, entonce no era más que una puta y no una mujer. Según Memorial, a continuación le dijo: "Efectivamente, mis manos están manchadas de sangre. No me avergüenzo. He asesinad y continuaré asesinando a las malas personas. Luchamos contra los enemigos de la República". Al parecer, Natalia Estemirova era una mala persona, un enemigo de la República. El director de Memorial, Oleg Orlov, a quien conozco un poco, no es de esas personas que pierden los nervios y el sentido de la medida, así que, cuando leí lo que había escrito el día del asesinato, me di cuenta de la rabia y la amargura que le invadían: "Estoy convencido de a quién tenemos que maldecir por la muerte de Natalia Estemirova. Todos conocemos a ese hombre. Se llama Ramzan Kadyrov, presidente de la República chechena. Consideraba a Natalia su enemigo personal, le había insultado y amenazado. Lo que no sabemos es si él personalmente dio la orden o si lo hizo alguien de su entorno más próximo para complacer al jefe. Aparentemente, el presidente Medvedev está contento de tener un asesinato en uno de los territorios de la Federación Rusa". En su comunicado, Orlov dice que se siente culpable de esta muerte, pero sabe quién es el responsable. Y dice abiertamente lo que todo el mundo sabe: que Ramzan puede ser muchas cosas, pero sobre todo es un asesino.

Parece que el asesinato de Natalia Estemirova ha sido el detonante de una nueva espiral de terror muy peligrosa. El 8 de agosto, en una entrevista a Radio Liberty, Ramzan Kadyrov no paró de insultar a Estemirova declarando que ella "jamás tuvo honor, dignidad o conciencia", añadiendo, igual que hizo cuando Politkovskaia fue asesinada: "¿Por qué Kadyrov mataría a una mujer que nadie necesita?". La respuesta a esta pregunta retórica es simple: sin personas como ella capaces de informar a un periódico de las exacciones del régimen, la prensa extranjera e incluso la escasa prensa independiente moscovita no tendría ningún medio de recibir información fiable sobre Chechenia. Kadyrov ha iniciado también un pleito de difamación contra Orlov que se está celebrando en Moscú. Todo apunta a que va a ganar, por lo que Memorial aprovechará la ocasión para lanzar informaciones que habían guardado bajo llave con el objetivo de proteger a sus colaboradores chechenos.
El 1o de agosto, dos chechenos que trabajaban en acciones humanitarias, Zerema Sadoulaeva, directora de una pequeña ONG encargada de las prótesis y la rehabilitación de los jóvenes mutilados, y su marido y colega, Alik Dzhabrailov, fueron asesinados por las fuerzas de seguridad de Kadyrov. Una mañana, dos policías identificados vinieron a buscar a Alik a su oficina en la ONG. Zerema, embarazada de cuatro o cinco meses y preocupada por su marido, a pesar de que los policías afirmaban que se trataba de un control rutinario, insistió en ir con él. Unos minutos después, uno de los policías volvió a la oficina a coger los teléfonos móviles y el coche de la pareja. Al día siguiente, en un barrio de la periferia, se encontraron los dos cadáveres en el maletero del coche. El cuerpo de Alik mostraba signos de haber sido cruelmente torturado, el de Zerema, una cuchillada poco profunda en la espada, los dedos de sus manos crispados y pelo bajo las uñas. En cierta forma, estos asesinatos causaron mucha más conmoción entre la pequeña comunidad de defensores de los derechos humanos que trabajaban en Chechenia que el de Estemirova. Se sabía perfectamente por qué había sido asesinada. Se había opuesto a Ramzan y éste finalmente se deshizo de ella, o al menos dio luz verde a uno de sus esbirros que se había sentido amenazado por sus investigaciones. Pero nada de esto ocurría en el caso de Sadoulaeva y Dzhabrailov. La propia Zerema, conocida por todos en Chechenia con el nombre de Rayana, había sido una de las organizadoras de la marcha silenciosa de mujeres que intentaron cruzar Grozni para protestar por el asesinato de Estemirova, pero jamás se había metido en temas políticos o en asuntos peligrosos. Lo único que ella y su marido hacían era ayudar a los jóvenes niños, por lo que nadie podía entender por qué habían sido asesinados. Sin duda se trataba de una investigación operativa rutinaria, una investigación totalmente normal. La víspera de la detención, en la zona montañosa de Vedeno, un combatiente había salido del bosque y había dado dos nombres como precio por su rescate. Uno de ellos fue inmediatamente detenido, pero el otro se escondía bajo un nombre falso en una dirección que los hombres de Kadyrov desconocían. Sin embargo, Alik sí la conocía, y por ello fue detenido. Se resistió mucho antes de dr la información y, al final, le habían pegado tanto que trasladarle a un hospital o a su casa era complicado. Así que le mataron igual que se vacía a una papelera. Y a su mujer, quizá porque había visto demasiado. Eso era todo.
  • Kadyrov asesta con brusquedad su filosfía: "si el jefe es bueno, todos son buenos: los colegas y los subordinados". (Sobre el líder checheno Ramzan Kadyrov pesan acusaciones de asesinatos, abusos y tropelías).
  • La mayoría de los chechenos no ha olvidado nada, pero resulta evidente que para ellos todo va "mejor".
  • En este tercer año del reinado de Ramzan, nadie muere si no se lo merece. El jefe lo ha decretado así.
  • Para Kadyrov, el derecho a pegar y matar mujeres y niñas sirve para animar a los exiliados chechenos a retornar. 
  • El número de pérdidas militares federales confirma la idea de una rebelión que continúa activa.


NOTA:
Una noche soñé con Ramzan. Me encontraba tumbada en un enorme prado verde con una ligera pendiente, rodeado de árboles, quizá era un parque, y miraba el cielo. Detrás de mí, sobre mi cabeza, había una grúa azul y roja muy alta como las que hay en los puertos para los contenedores. Ramzan estaba en lo alto, en el extremo de unas vigas horizontales, desde donde tiraba al vacío, y de dos en dos, hombres atados entre sí, unos vestidos de uniforme y otros de civil. Los veía caer al suelo, arremolinarse unos encima de otros y después desaparecían de mi campo de visión, pero se estrellaban alrededor de mí causando un ruido sordo que yo escuchaba horrorizada, muerta de miedo. Mientras les veía caer pensaba que aún estaban vivos pero estarían muertos en cuanto tocaran el suelo. Había muchos hombres y Ramzan reía desde lo alto mientras los veía estrellarse. Después, cuando se encontró solo, saltó también, riendo a carcajadas al mismo tiempo que habría un paracaídas que le dejaría con suavidad en el suelo.

 

4 comentarios:

  1. LEO Y LEO INFORMACION E IMAGENES DE CHECHENIA Y PUEDO ENTENDER SOLO AHORA EL DOLOR Y RESENTIMIENTO DE EL PUEBLO CHECHENO...TUVE O QUIZA AUN TENGO,SI DIOS QUIERE,UNOS AMIGOS CHECHENOS ME DA MUCHA TRISTEZA VER EN LO QUE SE HA CONVERTIDO EL PUEBLO QUE TANTO AÑORAN,QUE TANTO QUIEREN...POR QUE LLEGAR A ESTO? TANTO NIÑOS INOCENTES QUE NO TIENE NI IDEA DE LO QUE PASA,VIVO AL OTRO LADO DEL MUNDO PERO NO PUEDO IMAGINAR POR LO QUE PASAN ESTA GENTE INOCENTE...YA DEBE DE PARAR POR COMPLETO,LA VIOLENCIA NO LLEVA A NADA.

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  2. MUY DESGARRADORAS TODAS LAS IMAGENES SOBRE EL PUEBLO CHECHENO...

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  3. soy peruano ... pero con antepasados chechenos i la vdd k pena k pase estoo
    solo se k mis bisabuelo huyeron de la gerre esa
    k mall...

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