"Antes entrenaba para jugar y ahora entreno para vivir"

Ha pasado un año luchando contra un tumor cerebral. Con tensión y agallas se ha empeñado en vencerlo. La enfermedad ha cambiado a Severiano Ballesteros. Ahora, el triunfo es vivir.

- Pero pra triunfar también necesita empeño. ¿Cómo se gana en esta vida?
Pues creo que primero uno piensa en lo que quiere conseguir. Lo visualiza y después busca el camino para llegar a ello. Con trabajo y constancia, lo logras.

- ¿Y la frustación será cuestión de que falta alguna de las dos cosas? ¿Uno piensa en lo que quiere y después no lucha por ello y llega el chasco?
La frustración viene por culpa de uno. Hay que luchar por lo que deseas. La frustración llega la mayoría de las veces por no pelear suficiente. Frustrado es quien no lo intenta. Quien no tiene constancia.

- En esta vida, ¿qué le gustaría ser de mayor?
Estoy muy pendiente de mis hijos. Tienen 19, 17 y 15 años, justo en ese momento que deben elegir el buen camino en la vida. Me gustaría verles crecer, que estudien y sobre todo que sean buenas personas.

- Mala edad esa, cierto.
Pues sí, hay que aclarar sus inseguridades. Su camino es seguir estudiando. También practicar los deportes que han elegido. Uno de ellos juega al golf, otro al fútbol, pero deben saber que, por mucho talento que tengan, sin constancia no hay nada.

-Siempre se ha empeñado enque sus hijos vean, aunque no crecieron con las estrecheces de su infancia, que no hay nada regalado.
Siempre se lo digo. La vida es como un deporte, una lucha continua, una lucha diaria frente a los contratiempos.

-Pero de todo, lo más difícil a lo mejor en este mundo es empeñarse en lo que antes decía: enseñarles a ser buenas personas. ¿Cómo se puede lograr eso?
Sí, es lo más difícil. La juventud, hoy en día, tengo la impresión de que lo único que quieren es divertirse y pasarlo bien. Derechos sin obligaciones. Es un error. Hay que mezclar las dos cosas. Las mejores personas son aquellas que se sienten bien consigo mismas. Por eso es tan importante cumplir metas y tenerlas claras. Porque al lograrlas te hacen sentir satisfecho y te conviertes en buena gente. En cambio, quienes no van por ese camino y se frustran, después padecen inquina, rencor.

- Es decir, según usted, ¿la ambición nos puede hacer buenos?
Yo creo que sí. Pero hay que tener cuidado con los objetivos. Tienen que ser realistas y alcanzables. Ir poco a poco.
Esto dura mientras tengas ganas, deseos de ganar, hambre de triunfo. Hay que despejar la mente y jugar bien, despampanante.


1 comentario:

  1. Soy fan de Seve y también sé del gran sacrificio que hace porque en mi familia, mi marido también pasó por algo similar. Es muy duro pero mayor las ganas de vivir.

    ResponderEliminar

Tus aportaciones también son importantes, anímate y atrévete a dar tu punto de vista ^^